Este fenómeno, conocido como "ciclo corto", describe la tendencia de los dispositivos tecnológicos a volverse obsoletos o inadecuados para su uso en un período de tiempo sorprendentemente breve. Acompáñanos a conocer las causas, consecuencias y posibles soluciones a la obsolescencia tecnológica, destacando su impacto en la sociedad y el planeta.
La obsolescencia tecnológica puede ser de dos tipos: programada y percibida. La obsolescencia programada ocurre cuando un dispositivo está diseñado intencionalmente para tener una vida útil limitada; esto puede incluir la fabricación de productos que son difíciles de reparar o que tienen componentes que se degradan con el tiempo. Por otro lado, la obsolescencia percibida se refiere a la tendencia de los consumidores a percibir un producto como desactualizado o inferior debido a la introducción de nuevos modelos con características mejoradas o diseños más atractivos.
Los reguladores de Francia han denunciado a la firma por obsolescencia programada y publicidad engañosa, tal y como nos cuentan desde 9to5Mac. Al parecer, la investigación lleva desde diciembre de 2022 en marcha y hasta ahora no se ha hecho pública. (La vanguardia, May 14 2023)
El ciclo corto tiene graves repercusiones ambientales. Los dispositivos descartados contribuyen a enormes cantidades de desechos electrónicos, los cuales a menudo contienen sustancias tóxicas que pueden filtrarse al medio ambiente y causar contaminación del suelo y el agua. Además, la fabricación de nuevos dispositivos consume recursos naturales y energía, y genera emisiones de gases de efecto invernadero, exacerbando el problema del cambio climático.
Económicamente, la obsolescencia tecnológica impulsa un ciclo de consumo y gasto continuo, donde los consumidores deben reemplazar dispositivos con frecuencia. Aunque esto puede impulsar la economía a corto plazo, también puede llevar a un consumo insostenible y a una mayor carga financiera para los consumidores. Socialmente, perpetúa una división digital donde las personas con menos recursos tienen menos acceso a la tecnología más reciente y sus beneficios.
Abordar la obsolescencia tecnológica requiere un enfoque multifacético. Una solución es la legislación que exija a los fabricantes diseñar productos más duraderos y fáciles de reparar. Iniciativas como el derecho a reparar buscan empoderar a los consumidores para que mantengan y reparen sus dispositivos en lugar de reemplazarlos. Además, fomentar la economía circular mediante programas de reciclaje y reacondicionamiento puede ayudar a extender la vida útil de los dispositivos y reducir los desechos electrónicos.
El ciclo corto de la obsolescencia tecnológica es un desafío complejo que requiere un cambio tanto en la mentalidad de los consumidores como en las prácticas corporativas. Al tomar medidas para reducir la obsolescencia tecnológica, podemos mitigar su impacto ambiental, promover la sostenibilidad económica y cerrar la brecha digital. La tecnología tiene el potencial de ser una fuerza para el bien, pero solo si la gestionamos de manera responsable y considerada.